miércoles, 20 de mayo de 2009


Y he aquí, que ya no te miro una vez más, sino una vez menos. Y las horas pasan llorando, porque la espera ha sido larga y lenta. Dolorosa y deprimente.Y me lavo las manos. Me lavo las manos de la miseria que lleva la impotencia venida desde dentro,desde lo más interno de los seres.Tus células, si, ésas células, delatan la muerte y fallecen lentamente. Es un deceso inevitable y sumamente azul.Ya nunca más alzar la vida por los hombros, es la monumental prueba de cómo se hunde el tiempo, ...y cuando despiertas en el ocaso de tu tarde y te das cuenta que has perdido el día, abres un ojo y miras aquellos restos de arrepentimientos que invaden tu mente...pero no por el hecho de haber asistido a la función, mas bien por no disfrutar a los payasos..aunque sean cínicos... ahí es cuando te sacas tu careta, esa que no te deja ver el mundo de la fantasía porque está hecha del mejor cemento...de repente anuncian a los malabaristas...tratan de equilibrar tu vida, ellos lo intentan te juro que lo hacen, pero se ven rendidos casi finalizando...
Que importa ya si todo calló, si todo se nubla cada dia con nubes de paranoia y es rico sentirse un loco entre tanta falsa recionalidad. Es una amplitud eterna de la más celeste,que me obligará a mirar el cielo con orgullo,con el mismo que implica el resguardo.Un corazón que me recuerda que la vida está sellada con fuego y con la muerte. Los recuerdos ya no sobreviven para valorar a los caídos. El tiempo ha sido el sepulturero más fatal. y la humildad más enorme derrotada por las ratas. Es la extinción, el ciclo de lo injusto. Saboreare la sangre de tu muerte que corre por el piso tantas veces espectador de nuestros recuerdos, tocare tus manos frias habras muerto. Todo vuelve a empesar …

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